sábado, 20 de diciembre de 2014

Lo prohibido es tentador

Llegó la noche, y la habitual salida a comer al mejor restaurant de la zona. Al entrar a estos lugares, era típico que todos los ojos se iban hacia nosotros. Él, un encantador cuarentón, alto, con algunas canas, la palabra precisa y la sonrisa perfecta, hacía que las meseras botaran accidentalmente bebidas o café en su pantalón. Yo me limitaba a sonreír y fingir que no era la envidia de todas en el lugar.

La primera vez me tomó por las caderas hacia él, en el ascensor. Me dio un beso un tanto agresivo para ser un primer beso, apasionado, tanto que hizo temblar mis rodillas. Estaba asustada, pero quería más. La decisión en ese momento era mía, y de nadie más. Pero hice lo que una señorita tenía que hacer, y me resistí. Ambos sabíamos que era inútil, pero fingimos estar de acuerdo con esta decisión.

Ahí estábamos, cuatro meses después, sentados en un restaurant, con la típica charla, típicas miradas, típica conversación, cuando sentí su  mano tocar mi rodilla. Tenía ese poder sobre mí en que un roce de su brazo me ponía los pelos de punta... así que cuando sentí su mano subir por mi pierna, tuve que aguantar la respiración para no soltar un gemido. Sentía mis mejillas sonrojadas, me sentía agitada. Y supe en ese momento que quería que me tomara ahí, en ese momento, en ese lugar. 

El resto de la cena continuó entre botellas de espumante y cerveza. Una disputa entre mi yo y mi superyo, mi ángel bueno y mi ángel malo, mi moral y mis hormonas. Cuando llegó la cuenta, no sabía si salir corriendo o tirarme a sus brazos. 

Dentro de mi cabeza sabía lo malo de lo que estaba a punto de hacer. Sabía que tenía más opciones de perder que de ganar, sabía que nada bueno podría resultar de ésto. Pero también sabía que lo iba a hacer, no importa cuánto me gritara mi angelito bueno. 

Esa tarde fui a comprar ropa interior nueva. Me depilé y me hice un masaje capilar. La decisión estaba tomada mucho antes de ese primer contacto en mi rodilla.

Al cruzar la puerta, me tomó por la cintura hacia Él. Besó suavemente mis mejillas, mi cuello, mis hombros... hasta detenerse en mi boca. Me invadía el miedo y la curiosidad. Pero honestamente no quería parar.

Me dejé llevar esa noche. Me dejé llevar por la pasión. Lo dejé explorar cada centímetro de mi cuerpo, estuve dispuesta y receptiva a todo lo que quiso hacer. Esa noche fui una geisha, una confort woman. Se sintió bien el olor de su piel, el sabor de sus besos. Creo que nunca había vivido algo así de intenso. Y tal como se prueba una droga dura, tienes que dejarlo antes de que te atrape.

domingo, 14 de diciembre de 2014

A veces tienes que perderte....

Hay gente que no entiende por qué me gusta este rinconcito del mundo. Hace una semana vino mi madre a visitarme, y no sé si me expliqué bien, pero me gusta creer que me entendió.
Hoy fui a un asado a la orilla de la playa, literalmente. Una playa virgen, en medio del desierto, donde si quedaba en panne, nadie se iba a dar cuenta, porque nadie transita por ese camino.

Me gusta mucho mi rinconcito copiapino. Me gusta que no estoy sumida en una rutina, como lo estaba en Santiago. Me gusta vivir en una región donde la comunicación entre personas no se ha perdido. me gusta pasar días sin ver facebook, y no extrañarlo. Me gusta que la gente aún se llame, se invite a tomar once o pase a saludar. Cada vez extraño menos Santiago y su gente. Extraño menos el cinismo que ahí habitaba, los intereses creados. Me gusta manejar relajada, sin bocinas, sin tacos. Me gusta perderme entre los cerros del desierto, sin señal en el celular, sin hora de regreso. Me gusta despertar descansada, me gusta haber sacado la tele de mi pieza. Me encanta el agro, me encanta visitar productores, escucharlos, y compartir en un mundo paralelo sin maldad y sin envidias. Me gusta que si llamo a alguien es porque de verdad lo extraño, no para ver "que se hace el fin de semana". Sí, estuve perdida. Sí, no sabía ni donde estaba parada. Pero ahora entiendo que es la mejor forma de encontrarte.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Beautiful Bastard

Leí este libro porque me lo recomendó la misma amiga que me hizo leer "50 shades of Grey". La verdad es que el libro es rápido de leer, engancha pero no tanto. Y el protagonista es menos traumado que Christian Grey. El punto es que nunca había entendido la importancia del complejo de Edipo, y de la relación de atracción con hombres de "poder". Siempre había sentido atracción por "iguales", la misma edad, el mismo tipo de cargo o actividad, etc. A excepción de musculín, nunca había sentido atracción por alguien a quien además admiro, al punto en que te deslumbre y que te hagan cambiar de opinión sólo por un buen manejo de palabras. En cierta forma, nunca había mirado "hacia arriba". Y aquí estoy, en el club de toby, sintiéndome como la protagonista de "beautiful bastard". Me doy cuenta de que estoy en pañales en la vida, que a mis 27 años poco y nada sé sobre ciertos temas. Que me encandilo muy fácil, e intento hacer que no se note. Y también estoy poniendo a prueba mi propia fuerza de voluntad. Y la verdad es que lo estoy disfrutando.

sábado, 11 de octubre de 2014

Bahia Inglesa, papas fritas y cerveza

Sali no tan temprano, porque explotó una cañería... y tuve que esperar que me la arreglaran. Y aquí estoy, con la camineta con cervezas, comiendo papas fritas, en una playa virgen. Si me mataran ahora, nadie se daría cuenta hasta un par de días más cuando no llegue a trabajar. 
¿por qué estoy escribiendo? Porque la soledad del desierto me ha hecho hacer frente a mis emociones y mis miedos. Y creo que tengo muchos miedos. Espero en que llegue el momento más adelante en mi vida, en que vea este blog y me ría. Pero a la vez proyecto una línea en mi vida, y no veo que ese momento vaya a llegar en algún momento.
Honestamente, no se si no he conocido al indicado o sigo en mi etapa de negación, pero no siento atracción por los hombres. A excepción del musculín de ojos oscuros -atracción, creo, formada sobre la base del platonismo- no me llaman la atención otros hombres. He conocido muchos ultimamente, casados, solteros, treintones, etc, etc, y he rechazado todo tipo de invitación  que me suene a algo más. No se si no me atraen ellos, o si no me atrae la idea de estar con alguien.

Quiero dar vuelta la página y dedicarme a hacer mi vida en Copiapó. Pero el final feliz que quería no está acá, la vida que quería no lo está, y las personas que quiero, tampoco.

No quiero mirar hacia atrás en 5 años más y seguir preguntándome si hice lo correcto al venirme. Cada día cuando abro los ojos, es lo primero que pienso. Miro mi departamento, camino a la ducha, me hago el desayuno. Pienso que mi cama es muy grande para mí, a veces aún despierto tocando hacia el lado en las noches. Sé que no lo quiero de vuelta, pero lo extraño. Extraño la forma en que me decía las cosas, extraño el sobrenombre ridículo que le tenía. A veces lloro sin querer cuando me acuerdo de él. Hay ciertas cosas que tengo vetadas, porque son demasiado dolorosas.

No quiero seguir añorando el final feliz que -asúmelo ya!- no llegará. Honestamente, no imagino a otra persona en el altar, en mi corazón o en mi cama. Honestamente, no me imagino en pareja con alguien. Empezar de cero es un tema que no quiero ni imaginar ni intentar. Me gusta el musculín, sí. Hace que me olvide de todo hacia atrás. Cada vez que me llama, quedo con cara de tonta un par de horas. Pero me daría miedo intentar algo con él y pasar por el fracaso de que no resulte. No quiero abrirle las puertas de mi vida a alguien y tener que ver cómo se va, nuevamente. 

Oh Dios, qué mujer tan insegura.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Sigo pensando en el de ojos oscuros...




Has estado en mi mente 
y cada día te aprecio más 
me pierdo en el tiempo... pensando en tu cara 
sólo Dios sabe porque me está llevando tanto tiempo
Despejar mis dudas
Pero tú eres el único que quiero...

No sé porque tengo miedo, 
He estado aqui antes
Cada sentimiento, palabra, lo he imaginado todo 
Nunca sabrás si nunca lo intentas
Olvida tu pasado y simplemente sé mío.... 

Te reto a que me dejes ser la única 
prometo que merezco estar en tus brazos 
así que vamos, dame la oportunidad 
para demostrar, que soy la única 
que puede caminar esa milla hasta que comience el final... 

Si he estado en tu mente
Te cuelgas en cada palabra que digo 
Te pierdes en el tiempo
con cada mención de mi nombre
¿Alguna vez sabré
como se siente tenerte cerca y que me digas
que cualquier camino que elija, irás?

Supieras que me acuerdo de tí cada vez que la escucho

Supieras que me puse a llorar cuando me despedí de ti y sonó esa canción jajaja

Ay Dios, te extraño :)

viernes, 12 de septiembre de 2014

De vuelta en el norte

Aquí estoy, otra vez. Con un desafío mucho más grande que el anterior. Con un desafío real, un paso mucho más grande para mi vida profesional.
El viaje estuvo lleno de fantasmas. Creo que vi restos de mis miedos tirados por el camino. Y en realidad estar acá es en parte revivir ciertas cosas. Al final, no han pasado 6 meses desde que me fui de acá. Es raro volver, mientras saludaba al triunvirato, parecía que nunca me hubiese ido. Fue bueno ver caras familiares. No fue tan bueno ir al packing...
La primera vez que vine, lloré 1 semana seguida. Me dormía llorando. Esta vez me siento más cómoda con la decisión... lo único malo son los fantasmas. Llevo dos días seguidos soñando con FALS. Solo quiero borrarlo de mi cabezota, pero mi subconciente me traiciona.

Bueno, es extraño volver. Es como si nunca me hubiera ido.

martes, 9 de septiembre de 2014

Extraño musculín de ojos oscuros

Tantas cosas que no te dije por miedo a mi misma. Extraño musculin de ojos oscuros, no puedo decir que cautivaste mi corazón, pero si mis pensamientos. No sabía cuánto me gustabas hasta que llegó el momento de despedirme de tí. Tampoco sabrás que lloré de verdad, y que no pensé extrañarte tanto. Tampoco sabrás que me gustaría ser la única , pero no tuve los cojones para arriesgarme.
No puedo decir que fue a primera vista, pues estaba dispuesta a que me cayeras mal. Tu solo nombre me recordaba que no eras una persona de fiar. Todo cambió para tu cumpleaños, la primera vez que te miré a los ojos.
No pensé abrirme con alguien, pero en poco tiempo conociste mis miedos e inseguridades. No pensé confiar en alguien, y me encontré abriéndote las puertas de mi vida. No pensé sentir mariposas otra vez, y me sentí como quinceañera cada vez que te vi caminar a saludarme. No pensé pensarte, hasta que sin quererlo te estaba buscando.
Extraño musculin de ojos oscuros, me hiciste volver a creer y me hiciste volver a quererme. Me motivaste a volver a correr, y a arreglarme un poco más para alguien. Si no fuera por mi pasado, me habría quedado por tí. Pero no puedo ser tan irracional. Se que no es un adiós, pero duele como uno. Aunque sé que en menos de diez días te voy a ver.
Extraño musculin de ojos oscuros, gracias por sacarme de mi estado mental. Gracias por tu amistad.

Extraño musculín de ojos oscuros...

domingo, 7 de septiembre de 2014

Uuff!!

No se por donde empezar esta entrada, asi que quizás quede un poco desordenada porque simplemente vomitaré mis ideas.
Hace pocos días escuché una frase que decía "a veces hay que mirar atrás para ver cuan lejos haz llegado". Honestamente, cuando miro hacia atrás me da miedo darme cuenta de lo rápido que han pasado las cosas, de lo rápido que ha pasado el tiempo. Hace 9 años sali del colegio. en ese entonces se le declaró el lupus a mi ketecito. Ya van 9 años. Hace 4 años fui ayudante de pesas por primera vez. Hoy esos novatos flacos ya se convirtieron en hombres, están terminando sus respectivas carreras. También hace 4 años mi querido Maurito sobrevivió ileso a un accidente que pudo causarle la muerte.
Hace exactamente un año me entregaron el resultado de mi exámen de grado. No se, hay cosas que me parece que hubieran pasado tan solo ayer.
Hoy una gran amiga se está separando. Hace un poco más de dos años fui a su matrimonio. Hace solo unos meses vino a Chile, radiante y enamorada. Hoy se está separando. De un día para el otro, murió el amor. Tan frágil como las flores ante la lluvia de estas fechas. El matrimonio simplemente se acabó. Lo mismo con mi relación feliz y tranquila. Tan inexplicablemente como nació, se murió.

En este mismo momento me encuentro arreglando mis cosas para mi gran viaje. Hice mi primer pago de mes de garantía, y compré muebles para mi nueva casa. Mañana cargo mi camioneta y me preparo para emprender el viaje. Todo esto en menos de un mes

Hay cosas en la vida que dan miedo. A veces la decisión correcta se siente exactamente igual que una decisión incorrecta pero atractiva. El corazón palpitando, las manos sudorosas. Adrenalina recorriendo tus venas. Y solo el tiempo dirá qué fue ese impulso que sentías.

En este momento de mi vida, estoy logrando -al menos profesionalmente hablando- todo lo que quería. Entré a una muy buena empresa, en un muy buen cargo. Mis metas comienzan a materializarse. Mis sueños están más cerca de cumplirse. Y me doy cuenta de que todo está menos en calma que antes. 

Es la misma sensación que estar apostando en la ruleta. Es exactamente lo mismo que ver la bolita jugar en los números cercanos al que le haz apostado.

Como alguien me dijo una vez, quizás soy demasiado adicta a las emociones. Y quizás por eso soy tan impulsiva, el riesgo que implica tirarse al río.... es eso o perder toda mi plata (de nuevo) en el Monticello

domingo, 24 de agosto de 2014

Vuelvo a tí

Y la vida da vueltas y te sorprende. Todo indica que vuelvo a tí, desierto querido. A ti que albergaste una de mis más grandes alegrías, y me viste llorar hasta que se me secaron los ojos. Vuelvo a tí, a ese pequeño oasis verde de uvas. Vuelvo con un desafío mucho más grande, mucho más concreto. Vuelvo a tí más insegura y más asustada. Vuelvo a ti.

lunes, 18 de agosto de 2014

Mis 26

Quedan 6 días para mi cumpleaños. No se cuando exactamente me empezaron a bajonear mis cumpleaños... creo que fue por ahí cuando cumplí 21 y estaba en causal de eliminación que lo celebré con mi en ese entonces amiga Natalia, Lalo y una botella de tequila. En esa época tomar una botella de ron entre Lalo y yo era algo habitual cada vez que nos veíamos. Daba lo mismo cuánta gente hubiera, siempre reservábamos una botella para nosotros dos. Y también era habitual quedarnos conversando hasta que amaneciera, riéndonos de todo, despertando a los demás con nuestras carcajadas. Lalo... ¿qué será de ti ahora? La última vez que intenté buscarte, no me contestaste el teléfono.

Esta semana vi dos veces a la persona que me inspiró a comenzar con este blog. A ÉL. Cuando lo ví acercarse, me imaginé la situación un poco distinta a como fue. Si las miradas pudieran disparar, me habría atravesado cual metralleta. ¿Cómo puedes guardar tanto odio? Han pasado ya 8 años, y cada uno re-hizo su vida. No creo haber sido capaz de causarte tanto daño como para que no puedas mirarme sin fruncir el ceño. Como sea, espero que el posgrado de los frutos esperados, y que alcances la felicidad. Y que me perdones, no porque me importe, sino porque no es bueno guardar rencores.

Volviendo al título de la entrada, quedan 6 días para mi cumpleaños. Y debo decir que mis 26 años han sido muy movidos. A pesar de los meses de negatividad autoinfligida, ha sido un año extraordinario. He llorado, me reído. He crecido, y me he conocido. Y he hecho alguna que otra estupidez como quemar el motor de mi culimóvil...

Esta vez no estoy tan triste por mi cumpleaños. Sí, es cierto, mi vida dista de lo que pensé que sería a estas alturas. Pero se vienen nuevos desafíos. Actualmente creo que mis 26 fueron muy rockstar, así que mis 27 tendrán que ser realmente creativos para superarlos.




miércoles, 6 de agosto de 2014

Christian Grey

Será porno para dueñas de casa. Será sexo vainilla. Comparto con ustedes la primera vez de Anastasia Steel.

—¿Tienes idea de lo que voy a hacerte? —añade acariciándome la barbilla.
Los músculos de mi parte más profunda y oscura se tensan con infinito placer. El dolor es tan dulce y tan agudo que quiero cerrar los ojos, pero los suyos, que me miran ardientes, me hipnotizan. Se inclina y me besa. Sus labios exigentes, firmes y lentos se acoplan a los míos. Empieza a desabrocharme la blusa besándome ligeramente la mandíbula, la barbilla y las comisuras de la boca. Me la quita muy despacio y la deja caer al suelo. Se aparta un poco y me observa. Por suerte, llevo el sujetador azul cielo de encaje, que me queda estupendo.
—Ana… —me dice—. Tienes una piel preciosa, blanca y perfecta. Quiero besártela centímetro a centímetro.
Me ruborizo. Madre mía… ¿Por qué me dijo que no podía hacer el amor? Haré lo que me pida. Me agarra de la coleta, la deshace y jadea cuando la melena me cae en cascada sobre los hombros.
—Me gustan las morenas —murmura.
Mete las dos manos entre mis cabellos y me sujeta la cabeza. Su beso es exigente, su lengua y sus labios, persuasivos. Gimo y mi lengua indecisa se encuentra con la suya. Me rodea con sus brazos, me acerca su cuerpo y me aprieta muy fuerte. Una mano sigue en mi pelo, y la otra me recorre la columna hasta la cintura y sigue avanzando, sigue la curva de mi trasero y me empuja suavemente contra sus caderas. Siento su erección, que empuja lánguidamente contra mi cuerpo.
Vuelvo a gemir sin apartar los labios de su boca. Apenas puedo resistir las desenfrenadas sensaciones —¿o son hormonas?— que me devastan el cuerpo. Lo deseo con locura. Lo cojo por los brazos y siento sus bíceps. Es sorprendentemente fuerte… musculoso. Con gesto indeciso, subo las manos hasta su cara y su pelo alborotado, que es muy suave. Tiro suavemente de él, y Christian gime. Me conduce despacio hacia la cama, hasta que la siento detrás de las rodillas. Creo que va a empujarme, pero no lo hace. Me suelta y de pronto se arrodilla. Me sujeta las caderas con las dos manos y desliza la lengua por mi ombligo, avanza hasta la cadera mordisqueándome y después me recorre la barriga en dirección a la otra cadera.
—Ah —gimo.
No esperaba verlo de rodillas frente a mí y sentir su lengua recorriendo mi cuerpo. Es excitante. Apoyo las manos en su pelo y tiro suavemente intentando calmar mi acelerada respiración. Levanta la cara y sus ardientes ojos grises me miran a través de las pestañas, increíblemente largas. Sube las manos, me desabrocha el botón de los vaqueros y me baja lentamente la cremallera. Sin apartar sus ojos de los míos, introduce muy despacio las manos en mi pantalón, las pega a mi cuerpo, las desliza hasta el trasero y avanza hasta los muslos arrastrando con ellas los vaqueros. No puedo dejar de mirarlo. Se detiene y, sin apartar los ojos de mí ni un segundo, se lame los labios. Se inclina hacia delante y pasa la nariz por el vértice en el que se unen mis muslos. Lo siento junto a mi sexo.
—Hueles muy bien —murmura.
Cierra los ojos, con expresión de puro placer, y siento como una sacudida. Extiende un brazo, tira del edredón, me empuja suavemente y caigo sobre la cama.
Todavía de rodillas, me coge un pie, me desabrocha la Converse y me la quita, junto con el calcetín. Me apoyo en los codos y me incorporo para ver lo que hace. Jadeo, muerta de deseo. Me agarra el pie por el talón y me recorre el empeine con la uña del pulgar. Es casi doloroso, pero siento que el recorrido se proyecta sobre mi ingle. Gimo. Sin apartar los ojos de mí, vuelve a recorrerme el empeine, esta vez con la lengua, y después con los dientes. Mierda. ¿Cómo puedo sentirlo entre las
piernas? Caigo sobre la cama gimiendo. Oigo su risa ahogada.
—Ana, no te imaginas lo que podría hacer contigo —me susurra.
Me quita la otra zapatilla y el calcetín, y después se levanta y me quita los vaqueros. Estoy tumbada en su cama, en bragas y sujetador, y él me mira detenidamente.
—Eres muy hermosa, Anastasia Steele. Me muero por estar dentro de ti.
¡Vaya manera de hablar! Es todo un seductor. Me corta la respiración.
—Muéstrame cómo te das placer.
¿Qué? Frunzo el ceño.
—No seas tímida, Ana. Muéstramelo —me susurra.
Muevo la cabeza.
—No entiendo lo que quieres decir —le contesto con voz ronca, tan empapada de deseo que apenas la reconozco.
—¿Cómo te corres sola? Quiero verlo.
Muevo la cabeza.
—No me corro sola —murmuro.
Alza las cejas, atónito por un momento, sus ojos se vuelven impenetrables y niega con la cabeza como si no pudiera creérselo.
—Bueno, veremos qué podemos hacer —me dice en voz baja, desafiante, en un tono de amenaza exquisitamente sensual.
Se desabrocha los botones de los vaqueros y se los quita despacio sin apartar los ojos de los míos. Se inclina sobre mí, me agarra de los tobillos, me separa rápidamente las piernas y avanza por la cama entre ellas. Se queda suspendido encima de mí. Me retuerzo de deseo.
—No te muevas —murmura.
Se inclina, me besa la parte interior de un muslo y va subiendo, sin dejar de besarme, hasta mis bragas de encaje.
Ay… No puedo quedarme quieta. ¿Cómo no voy a moverme? Me retuerzo debajo de él.
—Vamos a tener que trabajar para que aprendas a quedarte quieta, nena.
Sigue besándome la barriga y me introduce la lengua en el ombligo. Sus labios ascienden hacia el torso. Me arde la piel. Estoy sofocada. Por un momento siento
mucho calor, luego frío, y araño la sábana sobre la que estoy tumbada. Christian se tumba a mi lado y me recorre con la mano desde la cadera hasta el pecho, pasando por la cintura. Me observa con expresión impenetrable y me rodea suavemente los pechos con las manos.
—Encajan perfectamente en mi mano, Anastasia —murmura.
Mete el dedo índice por la copa de mi sujetador, la baja muy despacio y deja mi pecho al aire, empujado hacia arriba por la varilla y la tela. Desplaza el dedo a mi otro seno y repite el proceso. Los pechos se me hinchan y los pezones se me endurecen bajo su insistente mirada. El sujetador mantiene alzados mis senos.
—Muy bonitos —suspira admirado.
Y los pezones se me endurecen todavía más.
Me chupa suavemente un pezón, desliza una mano al otro pecho, y con el pulgar rodea muy despacio el otro pezón y tira de él. Gimo y siento que una dulce sensación me desciende hasta la ingle. Estoy muy húmeda. Oh, por favor, suplico para mis adentros agarrando con fuerza la sábana. Cierra los labios alrededor de mi otro pezón, y cuando lo lame, casi siento una convulsión.
—Vamos a ver si conseguimos que te corras así —me susurra.
Y sigue con su lenta y sensual incursión. Mis pezones sienten sus hábiles dedos y sus labios, que encienden mis terminaciones nerviosas hasta el punto de que todo mi cuerpo gime en una dulce agonía, pero él no se detiene.
—Oh… por favor —le suplico.
Tiro la cabeza hacia atrás, con la boca abierta, y gimo. Siento las piernas entumecidas. Maldita sea, ¿qué está pasándome?
—Déjate ir, nena —murmura.
Me aprieta un pezón con los dientes, con el pulgar y el índice tira fuerte del otro, y me dejo caer en sus manos. Mi cuerpo se agita y estalla en mil pedazos. Me besa profundamente, metiéndome la lengua en la boca para absorber mis gritos.
¡Dios mío! Ha sido fantástico. Ahora ya sé a qué viene tanto asombro ante mi reacción. Me mira con una sonrisa satisfecha, aunque estoy segura de que no es más que gratitud y admiración por mí.
—Eres muy receptiva —me dice—. Tendrás que aprender a controlarlo, y será muy divertido enseñarte.
Vuelve a besarme.
Mi respiración es todavía irregular mientras me recupero del orgasmo. Desliza
una mano hasta mi cintura, mis caderas, y la posa en mis partes íntimas… Ay. Introduce un dedo por el encaje y lentamente empieza a trazar círculos alrededor de mi sexo. Cierra los ojos por un instante y contiene la respiración.
—Estás muy húmeda. No sabes cuánto te deseo.
Introduce un dedo dentro de mí, y yo grito mientras lo saca y vuelve a meterlo. Me frota el clítoris con la palma de la mano, y grito de nuevo. Sigue introduciéndome el dedo, cada vez con más fuerza. Gimo.
De repente se sienta, me quita las bragas y las tira al suelo. Se quita también él los calzoncillos y libera su erección. ¡Madre mía! Alarga el brazo hasta la mesita de noche, coge un paquetito plateado y se mueve entre mis piernas para que las abra. Se arrodilla y desliza un condón por su largo miembro. Oh, no… ¿Cómo va a entrar?
—No te preocupes —me susurra mirándome a los ojos—. Tú también te dilatas.
Se inclina apoyando las manos a ambos lados de mi cabeza, de modo que queda suspendido por encima de mí. Me mira a los ojos con la mandíbula apretada y los ojos ardientes. En este momento me doy cuenta de que todavía lleva puesta la camisa.
—¿De verdad quieres hacerlo? —me pregunta en voz baja.
—Por favor —le suplico.
—Levanta las rodillas —me ordena en tono suave.
Obedezco de inmediato.
—Ahora voy a follarla, señorita Steele —murmura colocando la punta de su miembro erecto delante de mi sexo—. Duro —susurra.
Y me penetra bruscamente.
—¡Aaay! —grito.
Al desgarrar mi virginidad, siento una extraña sensación en lo más profundo de mí, como un pellizco. Se queda inmóvil y me observa con ojos en los que brilla el triunfo.
Tiene la boca ligeramente abierta y le cuesta respirar. Gime.
—Estás muy cerrada. ¿Estás bien?
Asiento con los ojos en blanco y agarrándome a sus brazos. Me siento llena por dentro. Sigue inmóvil para que me aclimate a la invasiva y abrumadora sensación de tenerlo dentro de mí.
—Voy a moverme, nena —me susurra un momento después en tono firme.
Oh.
Retrocede con exquisita lentitud. Cierra los ojos, gime y vuelve a penetrarme. Grito por segunda vez, y se detiene.
—¿Más? —me susurra con voz salvaje.
—Sí —le contesto.
Vuelve a penetrarme y a detenerse.
Gimo. Mi cuerpo lo acepta… Oh, quiero que siga.
—¿Otra vez? —me pregunta.
—Sí —le contesto en tono de súplica.
Y se mueve, pero esta vez no se detiene. Se apoya en los codos, de modo que siento su peso sobre mí, aprisionándome. Al principio se mueve despacio, entra y sale de mi cuerpo. Y a medida que voy acostumbrándome a la extraña sensación, empiezo a mover las caderas hacia las suyas. Acelera. Gimo y me embiste con fuerza, cada vez más deprisa, sin piedad, a un ritmo implacable, y yo mantengo el ritmo de sus embestidas. Me agarra la cabeza con las manos, me besa bruscamente y vuelve a tirar de mi labio inferior con los dientes. Se retira un poco y siento que algo crece en lo más profundo de mí, como antes. Voy poniéndome tensa a medida que me penetra una y otra vez. Me tiembla el cuerpo, me arqueo. Estoy bañada en sudor. No sabía que sería así… No sabía que la sensación podía ser tan agradable. Mis pensamientos se dispersan… No hay más que sensaciones… Solo él… Solo yo… Ay, por favor… Mi cuerpo se pone rígido.
—Córrete para mí, Ana —susurra sin aliento.
Y me dejo ir en cuanto lo dice, llego al clímax y estallo en mil pedazos bajo su cuerpo. Y mientras se corre también él, grita mi nombre, da una última embestida se queda inmóvil, como si se vaciara dentro de mí.
Todavía jadeo, intento ralentizar la respiración y los latidos del corazón, y mis pensamientos se sumen en el caos. Uau… ha sido algo increíble. Abro los ojos. Christian ha apoyado su frente en la mía. Tiene los ojos cerrados y su respiración es irregular. Parpadea, abre los ojos y me lanza una mirada turbia, aunque dulce. Sigue dentro de mí. Se inclina, me besa suavemente en la frente y, muy despacio, empieza a salir de mi cuerpo.

domingo, 3 de agosto de 2014

Números

No puedo creer que vaya a cumplir 27 años. El tiempo pasa muy rápido. Hace 14 años que conozco a Cristian, hace 9 años que salí del colegio, hace 1 año que terminé mi carrera, hace 6 meses que aprendo chino, hace 2 meses que estoy trabajando y hace 2 semanas que ando con cara de idiota. Creo que al final la vida si se traduce en números. Quedan 3 semanas para mi cumpleaños, corro 7km diarios, quedan 5 meses para mi primera media maratón, debo bajar 15 minutos en los 10k para llegar a mi tiempo ideal, y tengo 6 horas libres a la semana distribuidas en 3 días. Quedan $315.617 en mi cuenta corriente este mes, quedan 12 píldoras en mi caja de anticonceptivos, en 2 días más voy a ver a musculín y si me duermo ahora quedan 8 horas para despertarme. Gasté 60mil en carrete este fin de semana, quedan 8 días para que se vaya Cristian, tengo 420mb disponibles en mi celular, hace 7 años que tengo este blog y necesito $3.150.000 por tres años para poder estudiar Ingeniería Comercial. En 5 meses más se casa la Conito, me quedan 15 toallitas desmaquillantes, planeo irme de mi casa en 10 meses y tengo 26 meses de imposiciones en la AFP. Números. Todo en la vida son números. Y los hippies quieren que fluya....

miércoles, 23 de julio de 2014

Ensayo, error.Repetición

Así llamo a este capítulo de mi vida: Aprender. Es un aprendizaje continuo. Y va paso a paso.
Al principio creí que estaba loca por pensar tantas cosas y tener tantos miedos. Esto hasta que leí una columna en fucsia (www.fucsia.cl) donde una lectora escribió sobre la nueva etapa de su vida post-universitaria. En este momento no encuentro la columna, pero me sentí tan identificada!
Han habido muchos cambios en mi vida desde que terminé la universidad: El primero y más importante, es que se acabó la mesada abuelística que me mantuvo por bastante tiempo. Vi con asombro cómo mi cuenta corriente tenía 0 pesos, luego -50.000, luego -100.000 hasta que llegué al tope de mi línea de crédito. Y me vi en la urgencia de convertir los números rojos en azules. Así fue como partió el proceso copiapino jajajaja. Luego, ya que mi renta líquida era bastante grande, llegó el momento en que mi papá decidió que tenía que dejar de ser su carga, y me hizo pagar mi propia isapre. Además viví sola casi 6 meses...
Hay un golpe con la vida real que es difícil de aceptar, sobre todo para alguien que viene recién saliendo de la universidad, con altas espectativas y el ego bastante alto también. Primero hay que asumir que por mucho que hayas pituteado todos los veranos, NO tienes experiencia laboral, y las empresas no se pelearán por tí. Segundo, aunque hayas salido de la mejor universidad de chile, cada vez que postules a un puesto de trabajo estarás en competencia con otras 50 personas que salieron de la misma universidad que tú, y otras 70 de las demás, y todos tienen curriculums tanto o más atractivos que el tuyo. Y tercero, que a menos que seas una persona muy capacitada y/o con muchos contactos, tu sueldo no superará los 6 dígitos por algunos años. Por lo tanto, cuando llegué a Santiago y me enfrenté a mi pequeño apocalipsis personal, rechacé un par de trabajos porque el sueldo ofrecido no superaba 1.4 veces el sueldo mínimo. Esto hizo que mi cuenta corriente volviera a ponerse roja, porque claro está, no tienes ingresos, pero aún tienes egresos y no dejarás de tenerlos por no tener un trabajo...

A veces siento que estoy en pañales en la vida. Cuando salí del colegio (hace casi 9 años) miraba hacia el futuro y éste no es el punto de mi vida en el que pensé que iba a estar. Lo bueno es que hace poco me junté con mis amigas del colegio (y que bueno que fue hablar estas cosas, siento que no soy la única persona loca en el mundo!) y les comenté esta situación. Y es un poco cierto: aún no me desarrollo profesionalmente, laboralmente ni personalmente. Aun vivo con mis papás y mi cuenta corriente parece un semáforo. Aunque estoy camino a ello.

Así que ese es el nombre de este capítulo de mi vida. A punta de errores y caídas (algunas pequeñas en el boletín comercial) he ido aprendiendo algunas cositas. SUpongo que todos pasamos alguna vez por lo mismo, o no?

martes, 15 de julio de 2014

Copiapó parte 4 y final

Esa navidad fue la más extraña que he pasado. Llevaba sólo un mes viviendo sola, pero me sentía como invitada en la casa de mis papás. Todo estaba tal cual lo había dejado, pero yo me sentía extraña. Creo que finalmente es cierto el dicho de que nunca puedes volver atrás.
Después de la cena, FALS llegó a buscarme. Nos fuimos a su casa. Obviamente después de tres semanas separados, había algo que él quería hacer... yo solo quería que me abrazara y conversar de lo que estaba pasando por mi cabeza. Pero claramente me acobardé y no lo hice.
Parecía que todos sabían que algo me estaba pasando, excepto él. Fue un día de visitas familiares, a mi familia y a la suya, y en cada lugar alguien me preguntaba qué me pasaba y si me sentía bien. Excepto él.
Volví a Copiapó intentando pensar que el problema era mío, que era yo la que me comportaba extraño, que en realidad tenía que estar tranquila y bla bla bla. Y nos veríamos la próxima semana y todo sería como antes.
No quiero describir acá como fue mi año nuevo, porque fue el peor de mi vida y no quiero revivirlo. Solo diré que lo pasé llorando en una banca en providencia con los leones, abrazándolo porque sabía que íbamos a terminar pero no quería terminar en año nuevo. De hecho, decirle eso en voz alta provocó un pequeño ataque de nervios. Mal.
Comencé el nuevo año en un limbo. No sabía en qué etapa estábamos, ni hacia dónde íbamos. El siguiente mes en Copiapó hice cosas que jamás había hecho en mi vida. Carretié como nunca, dormí en la playa, fui a fogatas, llegué con caña al trabajo, bailé en discos... no le puse el gorro, pero no me comporté como si estuviera con alguien. Me encerré en mi misma, y prácticamente la única persona con la que hablaba era Sebastián. En algún momento la comunicación estaba tan cortada, que no nos acordábamos de llamarnos al final del día. No se qué estaba haciendo él acá en Santiago, pero no creo que haya sido muy distinto a lo que viví yo. Estábamos llenos de dudas. Siempre supe que lo quería, pero a esas alturas tenía muchas dudas sobre si sería el hombre de mi vida. Esperaba muchas cosas de él, y después de dos meses lejos, sabía que no iba a cambiar. El macho alfa que yo quería, el que me iba a tomar de la mano y me iba a acompañar en el camino, no era él. No queríamos lo mismo. Nos encontrábamos orbitando planetas distintos.
Quizás él siempre tuvo razón, y cuando me titulé, cambié. No lo se. En lo personal no lo siento así, pero si creo que al tener el título en la mano por fin podía dejar una etapa atrás, y me sentí mas libre.

La siguiente vez que lo vi, no fue mejor que lo anterior. Habían pasado tres semanas, y yo solo quería llorar. Quería terminar con él, pero no podía. Estaba enamorada, pero la distancia me hacía mal. Y la falsa imagen que tenía de él me hacía mal. Siempre esperé un cambio en él. Que buscara trabajo, que quisiera estar conmigo. Que le naciera buscarme, que me hiciera sentir importante y valorada. Que me hiciera sentir como me hizo sentir Matías cuando salimos. Creo que él sentía lo mismo, pero no nos atrevíamos a decir nada. Estábamos en un punto muerto.

No se en qué punto exacto la conocíó, o en qué punto comenzó a meterse en su cabeza, pero debió ser en las dos semanas siguientes. Ya no me llamaba tanto, ya no me contestaba el celular. Sentí su alejamiento y su ausencia. Y no sabía si quería buscarlo. En realidad no sabía qué hacer. Y fue en ese entonces cuando me llegó una propuesta de trabajo para quedarme en Copiapó de forma indefinida. Y ya en ese entonces no sabía qué era lo que quería en la vida.

El resto de la historia es conocido y está escrito acá. Cuando terminamos la primera vez, no podía creerlo. no podía ser ese el final, por whatsapp y a la distancia. En el fondo de mi corazón sabía que era lo mejor, pero no quería asumirlo ni aceptarlo. Lo quería conmigo, pero quería que fuera un hombre completo. No quería rendirme después de todo el tiempo y energía que había dedicado a la relación. Lo quería, lo extrañaba. No se si lo necesitaba. Y aun después de todo, me sentía enamorada. Asi que lo busqué, lo llamé, y terminé convenciéndolo/obligándolo a ir a Copiapó.

Fue un fin de semana demasiado intenso, entre penas y alegrías. También fue salvaje. Tenía necesidad de su piel, y el quería una despedida. Ese fin de semana descubrí que él ya no estaba enamorado de mí. Algo en esos tres meses había cambiado dentro suyo. Y también descubrí que yo lo amaba de la forma más sincera, infantil e irracional que puede existir. Que mis temores se habían materializado, que al parecer al final de cuentas era verdad que lo quería mucho más de lo que él me quería a mi. Pero por alguna razón le creí todo lo que me dijo. Le creí que se iría a vivir allá, le creí que teníamos un futuro juntos. Le creí que me amaba, que en algún momento seríamos padres. Que buscaría un trabajo allá, y viviríamos juntos, que se titularía y que estaríamos juntos por el resto de nuestras vidas. Que nos casaríamos dentro de este año. No se si le creí o me quise aferrar con todas mis fuerzas a algo.

No se si Copiapó fue un catalizador o un detonante. Sólo se que fue parte de la serie de eventos que me han traído hasta donde estoy ahora. Y me gusta mi vida actual. A veces lo extraño, pero creo que es normal extrañar a alguien con quien compartiste un tramo en tu vida, y con quien tenías planes de vida. Al final, tu pareja se convierte también en tu mejor amigo, y es parte de tu rutina.

Creo que lo más difícil de este proceso es descubrir qué es lo que quiero yo para mi vida. En Copiapó creía que lo sabía, pero claro, estaba armando un plan con alguien más, no para mi sola. Y al volver, y tener que enfrentarme a una realidad que hasta ese entonces era bastante lejana, a veces no sé como hacerlo.

Hace 4 días me ofrecieron volver a Copiapó, por tiempo indefinido. Aún no se si aceptarlo, aunque no creo que lo haga.

martes, 8 de julio de 2014

Copiapó parte 3

El viaje de Copiapó a Santiago duró alrededor de 45 minutos. Ni siquiera acepté un café en el avión. Tenía la guata apretada. Pensaba en las conversaciones con Sebastián, pensaba en la salida con Matías. Pensaba que no quería seguir lejos de él, pero por algún motivo tampoco quería volver. Puse música en mi celular para amenizar el viaje. ¿Realmente quería terminar con él? o ¿realmente quería seguir con él? Miraba las nubes por la ventana del avión... siempre elijo ventana, no se por qué.
Al aterrizar, prendí mi celular. A los 4 segundos me llamó Matías. No sabía si responder o no, estaba en Santiago... era peligroso. Respondí: "Quiero desearte una feliz navidad con tu familia, aprovecha esta oportunidad... yo no veré la cara de mis hijos abriendo sus regalos. Y sobre tu pololo, apenas lo veas vas a saber qué es lo que sientes. Sigue ese impulso siempre". Estaba helada caminando hacia la puerta de salida. Me detuve en todas las tiendas que hay antes de la tan ansiada-odiada puerta de vidrio. El vuelo demoró 45 minutos, yo me demoré otros 45 en salir a su encuentro. Ya no podía hacer nada más que enfrentarlo. Estaba nerviosa, tan nerviosa como cuando di mi exámen de grado. Caminé lo que se me hizo eterno, llegué a la puerta... y ahí estaba Él, con sus lentes blancos, su polera negra y sus pantalones rojos... esperándome. No puedo decir que fue una bienvenida como en las películas con flores, FALS jamás me regaló flores. Si sé que en mi cabeza sonaba una estrofa de Fuego de noche, nieve de día:
 "Luego te levantas y te vas
él te está esperando como siempre
luces tu sonrisa mas normal
blanca pero fría como nieve...
Tú, loca manía
haz sido mia sólo una vez
dulce ironía..."

Me estaba sonriendo ansioso. Cuando me tuvo al frente me abrazó con fuerza, como cuando extrañas a alguien. Me sentía suya. Pero por alguna razón no lo sentía mío. No recuerdo si lo abracé. Sé que no lo besé hasta que estuvimos en el auto. También se que mientras salíamos del aeropuerto, me cayó una lágrima que él no notó. Lo miraba y sonreía. Ahí estaba, en mi zona de seguridad, con mi amor al frente. Con el amor de mi vida, con esa piel que era sólo mia, con eso labios que sólo a mi me habían besado... con esos olores tan familiares, estaba de vuelta en el lugar que nunca debí haber dejado.

Quise hablar con él sobre mis miedos. Quise hablar con él sobre Matías... pero era navidad. ¿Cómo le dices a alguien en navidad que no estás segura de querer seguir con él? Además estaba con él, no importaba nada más. Creo que para como me sentía en ese momento, si hubiese viajado en auto habría renunciado a Copiapó. Pero tenía que volver, a lo menos a buscar mi auto y mis cosas. Tenía miedo, está claro, pero no me habría importado arriesgarlo todo por él. Estaba enamorada, pero no era ciega. Y siempre pensé que algunas cosas llegarían con el tiempo y la madurez... Me encontraba dando vueltas en espiral, mareada, confundida, sin saber hacia dónde moverme.

domingo, 6 de julio de 2014

Copiapó parte 2

No recuerdo cual fue el motivo de la primera pelea, pero sé que marcó un antes y un después de mi relación con FALS. Hubo un quiebre en la comunicación, pues sentía que no podía ser del todo abierta con él. Fue difícil estar lejos. Fueron muchas cosas que enfrentar en muy poco tiempo. Nunca había vivido sola, por lo cual hubo un desafío al que tuve que enfrentarme: organizar mis tiempos, mis platas, mis comidas, mi casa. Además comenzaron los problemas en el trabajo: la niñita, agrónoma de la católica, con voz de pito y carácter fuerte representaba una amenaza para los machos alfas que hacían y deshacían en el lugar. Fue en medio de eso que llegó Sebastián, quien se convertiría en mi partner en medio del desierto.

Matías medía menos de 1.80, piel morena, narigón, de contextura delgada. Se sentía solo, pues extrañaba a sus hijos. No se cómo empezamos a hablar, pero sé que después de un tiempo breve era habitual su llamada de buenas noches, y su llamada de "que tengas un buen día". La primera vez que lo hizo sentí rabia, estaba lejos de otra persona y esos llamados eran los que esperaba de él... y lo estaba recibiendo de un completo desconocido.


Fue una noche después del trabajo en que tuvimos una pelea por teléfono en la que despertó toda la casa. Se que hablé mas de una hora. Al colgar, me quedé sentada en la oscuridad, sentía los pies pesados y tenía la sensación de que si me paraba, me iba a caer. Estaba así sentada, sin moverme, sin llorar, solo respirando cuando llegó Sebastián a sentarse a mi lado. En el fondo no quería verlo, pero en el fondo de mi corazón lo sentía: había fecha de término y no era muy lejana. "Aprovecha que vas para navidad y termina con él mejor... ya dejó de ser un aporte a tu vida, te da solo problemas. Y estás muy jóven para llorar tanto por un weon que no mueve la raja para venir a verte y se la pasa peleando contigo". Sentí un escalofrío horrible. Y sólo habían pasado dos semanas sin vernos.


El sábado antes de navidad cuando salí con Matías. Cada fibra de mi cuerpo me decía que no lo hiciera, que estaba jugando con fuego. Fuimos al mejor pub de copiapó, y sin darnos cuenta eran las 3 de la madrugada. Me contó sobre cómo había aceptado ese trabajo porque tenía que mantener a sus dos hijos... me contó sobre su infancia, sobre su esposa, su padrastro abusivo... Sentía la emoción de conocer a alguien nuevo con la adrenalina de estar haciendo algo malo.
Terminó la noche, y ya en el auto, me tomó la mano y jugaba con mi pelo. Cuando se empezó a acercar, vi la desilusión en su cara cuando le dije que estaba enamorada de FALS. Con un gesto de "puta la wea" me preguntó: "y si estás tan enamorada, ¿por qué saliste conmigo?" Aún no puedo contestar eso.


Estaba confundida y asustada. Era un 23 de Diciembre y viajaba a Santiago después de un mes en Copiapó. Se suponía que iba a hablar con FALS, pues las cosas no estaban bien. Estaba muy nerviosa, no sabía como reaccionar, cómo saludarlo... Y al bajar del avión, ahí estaba, sonriendo con sus lentes blancos en el aeropuerto. Y aunque quería correr a abrazarlo, caminé como si lo hubiera visto ayer.

jueves, 3 de julio de 2014

Copiapó parte 1

Quiero tomarme mi propio espacio para escribir sobre este corto pero intenso periodo en mi vida.
Vivía una vida tranquila antes de irme. No pasaba nada muy interesante. Me había titulado en Septiembre, estaba buscando trabajo y la oferta no era muy buena. tenía un pololo, una relación de varios años y la cual consideraba estable y con futuro. Todo estaba "bien"... todo estaba demasiado cómodo, mirándolo en retrospectiva.
Vi el aviso sobre búsqueda de profesionales para la zona norte. A esas alturas no tenía un ingreso desde Julio, por lo que ya me estaba volviendo loca porque veía que mis ahorros desaparecían mes a mes sin que me diera cuenta. Mandé mi curriculum, y en una breve entrevista me dieron fecha de comienzo para 10 días desde el envío de CV. Acepté de inmediato, con la esperanza de que en ese lapso de tiempo alguno de los procesos en los cuales estaba participando diera un resultado positivo... pero no fue así. Fui a la última entrevista un día Lunes, y no quedé. A esas alturas ya pensaba que era el destino el que quería que me fuera, así que hice mis maletas y me preparé para el viaje. Ni siquiera lo conversé con alguien, simplemente decidí irme. Escuché un par de opiniones... pero como siempre, ya había tomado la decisión.
Pasé la última noche en Santiago en la casa de FALS, abrazados. no recuerdo si lloré, pero si se que lloré en el auto hasta la cuesta las chilcas. Tenía miedo de perderlo todo, de que mi estabilidad se desestabilizara. El tiempo me diría que esos miedos no fueron infundados.
Llegué a La Serena y conocí a Blanca, quien sería mi jefa. Una mujer de carácter fuerte, pero dentro de todo un poco insegura. Pasé el resto del día ordenando cosas con ella, y me fui a dormir a un hotel que me pagó la empresa. la verdad es que esa noche lloré toda la noche, estaba muy insegura sobre haber tomado la decisión correcta. Hablé con FALS, quien parecía no extrañarme aún, mandé un par de curriculums y al otro día a trabajar otra vez. Blanca me preguntaba sobre mi familia, mi vida, mis amigos, etc etc etc. Lo primero que me dijo fue que las relaciones largas no duraban en Copiapó. Me reí en ese momento, estaba demasiado segura de mi amor por FALS como para creer que un par de meses fuera podrían matarlo todo. Sonreía pensando en él, en la próxima vez que lo vería, en cómo ibamos a sobrellevar esto y en cómo lo ibamos a hacer para juntarnos.
Me regalaron un fin de semana gratis en La Serena para dos personas antes de partir a Copiapó. Lo primero que hice fue contarle a FALS para que viajara ese viernes en la noche, pero argumentó que le había dicho muy encima, que no tenía plata, que no podía.. fue la primera vez que lloré en el auto, y lloré con una pena indescriptible. Más que pena era el dolor de una desilución.
Partí a Copiapó el Lunes a primera hora. El viaje se me hizo bastante corto, pero recuerdo estar pensando constantemente "que cresta estás haciendo?". Me esperaba un desierto y mucho calor.. me sorprendí cuando vi el manto de parras desplegado ante mí. Era hermoso y extraño.
Lloré cada uno de los días de esa primera semana. Lo extrañaba y quería estar con él. Llevaba 2 días y pensé en devolverme. Me presentaron mi lugar de trabajo y me hicieron la introducción, capacitaciones y demases... me instalé, conocí un poco el lugar... y conocí a Matías (y este si es su nombre real). Mi primera impresión de él fue que era un niño que no sabía lo que hacía. No aparentaba mas de 22 años, además de su actitud... pero eso viene después.
Después de una semana de llanto, convencí a FALS de que nos juntáramos en La Serena ese fin de semana. Viajé muy entusiasmada, sin respetar límites de velocidad... solo quería llegar y abrazarlo. Cuando lo ví supe que quería estar con él, y me llené de miedos e inseguridades. Nunca habíamos pasado más de una semana separados, exceptuando mi viaje a Perú, y la verdad es que tenía miedo de que todo se fuera a las pailas. Hicimos el amor como nunca ese fin de semana, con la intensidad de una despedida. Lloré con el alma, sintiendo cada lágrima. No quería dejarlo, tenía miedo de hacerlo. Pero el domingo llegó y tuvimos que separarnos. Volví a copiapó con muchas dudas, y con una nueva amiga, Camila, quien me acompañaría por un mes.
Fue una semana de tristeza, pero a la vez esperaba ansiosa la navidad, que llegaría en 3 semanas. Además pensaba que nos haría bien extrañarnos.
Esa semana no pude sacar a Matías del cuarto de control de calidad, de mis almuerzos o de mis cenas. Camila fue la primera en notarlo, y la primera en advertirmelo. No le tomé mayor importancia, para mí sólo era un niño. El descubrimiento vino cuando me dijo que tenía 28 años, que era casado y que tenía 2 hijos. Y también decía que yo le movía el piso. Miré a Camila y no tuve que decírselo, cuando me respondió "ni lo pienses, es un chanta y acuérdate que estás enamorada. No hagas weas". Me resistí tanto como pude. Fueron dos semanas en que viví realidades paralelas. Por un lado extrañaba mucho a FALS, pero estábamos con muchos problemas de comunicación, pues el trabajo no era fácil y cuando necesitaba su apoyo solo recibía retos... y por el otro lado tenía a Matías jugando a conquistarme, en el papel de macho alfa, haciéndome sentir deseada, interesándose por mí...

lunes, 23 de junio de 2014

Podría decirte...

Anoche soñé contigo. Soñé que estaba en el metro, y terminabas conmigo. Me quedaba llorando en la estación mientras te ibas, hasta que llegaba Ignacio y me daba un beso en la frente y me decía que no llorara más. Salí de la estación del metro a buscarte, y no podía encontrarte. Te llamaba y no me contestabas el celular. Pasé buscándote casi todo el sueño, hasta que me iba donde Ignacio a llorar. Desperté llorando. Solo ese sueño me bastó para irme de nuevo a la cresta. Todo el estado mental que había ganado se convirtió en un gran y estúpido bajón.
Quizás es por la fecha que estoy así.
Podría decirte muchas cosas que están pasando, o que van a pasar. Podría decirte que no te imagino estudiando para el exámen de grado jajaja te imagino viendo todos los partidos del mundial. Podría decirte que estoy emocionada con el viaje que voy a hacer, espero que resulte. Podría decirte que estoy tratando de hacer este viaje porque pienso que me va a servir para dejarte atrás para siempre. Que siento que quedándome me hago mas daño del que admito, porque siempre pasa algo que me tira atrás.
Podría decirte que me dicen matrimonio y pienso en tí con tu corbata roja en el altar.
Podría decirte que no he vuelto a tener un orgasmo desde que estuve contigo. Que me da miedo que nadie más me haga sentir esos fuegos artificiales que me hacían gritar. Que no hay nadie que me excite con tocarme las manos. Que no hay otro pecho en el que quiera acostarme, o hacer cucharita con alguien más. Que extraño despertar contigo. Que cada vez es más difícil asumir que no vas a volver. Que tengo miedo y me gustaría abrazarte. Que me hago pedacitos cada vez que me acuerdo de ti. Que cierro el libro, pero dejo algunas páginas dobladas.
Podría decirte que te extraño...

lunes, 9 de junio de 2014

Ignacio

La verdad no se llama así, pero es el nombre ficticio que le daré. Hoy quiero escribir sobre él porque ha sido un aporte bastante interesante a mi "nueva vida".
A este niño lo conocí hace tres o cuatro años. No me cayó bien al principio, esa papa en la boca, esa soberbia que le salía por los poros, esos aires de grandeza y la necesidad de opacar a los demás... mal. Intentaba no hablar mucho con él porque me ponía de mal humor escucharlo. Además siempre hablando de minas, minas, minas.... ella, la latinlover. Otro dato curioso es que cuando habla mucho el labio superior toma una forma curiosa y además de no querer hablarle, no podía mirarlo mucho porque me reía. Nos empezamos a acercar más cuando lo patearon, y se pegó un golpe contra la realidad que lo hizo bajar un poco las revoluciones. Conocí a una persona humilde, tímida, que se ponía roja con facilidad.... Me había encantado lo que había descubierto. De a poco se convirtió en parte rutinaria de mi día a día.
Siempre supe que lo quise, a veces confundí la forma de hacerlo. Fue quien siempre me dijo la verdad sin filtro, esa que dolía. Misteriosamente nunca tuvimos una discusión, siempre terminábamos abrazándonos. El tiempo me diría que sus abrazos escondían algo más, que su apoyo no era tan sincero, que sus mensajes tenían un texto entre líneas.
Al llegar a Santiago pasé dos noches con él. La primera abrimos nuestros corazones, hablamos de nuestros miedos, dijimos lo que nunca habíamos dicho. Nos besamos sin prisa, nos abrazamos. Encontré consuelo en sus manos, encontré paz en su pecho. Nos reímos de lo predecible que era la situación en la que estábamos. Me dormí apoyada en él, en medio de una confusa tranquilidad. La segunda noche fue mucho menos emocional, mucho mas carnal. Me rendí a sus besos, hice todo lo que él quiso. No existía la palabra no, no existía nadie más en mi cabeza. Era un sueño hecho realidad, estar con él de esa forma. Era la materialización de un deseo reprimido. No existió censura, no existió culpa. No existió vergüenza... por lo menos hasta que el sol salió. No nos podíamos mirar a los ojos. Yo no podía creer lo que había pasado, él tampoco.
Pasamos casi dos meses sin hablarnos. No hemos hablado del tema. Retomamos contacto hace poco más de dos semanas. Y espero que podamos volver a ser amigos.

lunes, 2 de junio de 2014

La Felicidad es una opción

La felicidad es una opción personal e intransferible. No es la meta, es el camino. Y se contagia, de forma
lineal. Y a veces hay que detenerse a mirar el camino, e intentar disfrutarlo. Y disfrutar la compañía, aunque sea en tramos.
Durante todo el camino vamos aprendiendo. Aprendemos a querer, aprendemos a confiar. Aprendemos a caernos, pero también a levantarnos. Y sigues avanzando por el camino y a medida que avanzas vas descubriendo cosas nuevas. Descubres que los verdaderos amigos son los que están ahí cuando ni siquiera alcanzas a llamarlos, y que se cuentan con los dedos de una mano. Y que hay verdades que duelen, pero el dolor pasa.
Y aprendes que todo se sabe en esta vida, tarde o temprano, por eso hay que ir con la frente alto.
Y aprendes que la capacidad de amar es infinita, que el amor se construye paso a paso, y no es como una orquídea, si quieres que florezca tienes que cuidarlo día a día.
Aprendes que a veces confías en las personas equivocadas, y tu corazón se puede romper. Que puedes tocar fondo, querer morirte, y sientes que no puedes querer a nadie más porque tu corazón se volvió una pasa seca. Y escuchas frases cliché, como que "la hora mas oscura es justo antes de que salga el sol", o que "los mejores comienzos vienen después de los peores finales". Y puedes llorar con rabia, gritar, sentir cómo se te desgarra algo dentro, sentir ese nudo en el estómago y tener ganas de pegarle a alguien. Y crees que durará para siempre y que nunca vas a volver a sonreír. Y cuando eso pasa descubres que las heridas sanan, aunque dejen cicatrices. Que la capacidad de querer es infinita. Que el tiempo se encarga de cerrar las heridas. Que puedes confiar en la gente, que hay gente linda y desinteresada. Que el camino para sanar parte por perdonar. Y que perdonar también permite olvidar.
Y cuando aprendes eso, descubres que aún existen mariposas en la guatita. Que existen abrazos tibios que dan seguridad, aunque sea en nuevos brazos. Que el cariño muta, se hace más maduro, y más condicional. Que no sabemos a ciencia cierta qué pasará mañana, por eso, ser feliz es una elección. Y es una elección de hoy

viernes, 30 de mayo de 2014

Todo es más fácil cuando dejas de pensar

Qué semana que he tenido! La vida ha sido una montaña rusa ajaja. Hasta soñé con una montaña rusa.
Creo que ya toqué fondo y cuando eso pasa lo único que puedes hacer es buscar la forma de salir. Y la forma de empezar a hacer las cosas no siempre es la mejor, pero a veces pasa.
Lo primero que hice fue mirarme al espejo y decirme basta. Basta de autoboicotearme. Porque al final eso hacemos, consciente o inconscientemente. ¿Qué saco con seguir culpándome de algo que YA FUE?
Lo segundo fue retomar contacto con mis viejos amigos, que había alejado un poco porque no quería que me vieran así. Después descubrí que estos amigos son los que han pasado por todas las etapas de mi vida, y que me han visto en mis mejores y en mis peores momentos. Conocen mi esencia, por lo cual aunque los alejara, no dejaban de molestarme jajaja.
Lo mejor de esto es que vino Cristian a Santiago. Ya hablaré de esta visita mas adelante.
Y cuando hice todo eso, una dosis de realidad me hizo bastante bien. Primero, si se fué, y en menos de dos meses ya está con otra, para qué quiero yo tenerlo en mi vida? ¿Cuál es la necesidad de abrazarlo o sentirlo, si quizás nunca fue sincero? O ya, no digamos NUNCA, pero por lo menos en el último tiempo. También hay otras realidades que tuve que enfrentar, como que yo me llevé el costo económico de la relación, y cuando dejé de hacerlo se fue todo a pique. ¿Qué tipo de amor es ese? mmmm...

Así que, ya me caí, estuve bien abajo, me sentí aplastada cual mufasa entre los ñú. Y eso me sirvió para bajar unos kilos, para organizar mis cuentas y para darme cuenta de que tengo una red de apoyo impresionantemente fuerte. Que hay personas que no saben de egoísmo,de ridículo ni de abandono.
Al final en la vida hay personas que son estaciones, que cumplen un ciclo y se van. Y hay otras que la misma vida se encarga de tenerlas y darles un motivo para permanecer.

Desde ya agradezco a mis amistades "añejadas en roble". A veces estamos tan preocupados de estupideces que perdemos la mirada de lo que realmente importa. Y a veces nos perdemos lo que tenemos al frente por mirar hacia atrás.

Tal como escribí en el título, todo es más fácil cuando dejas de pensar. Hay que dejar la vida fluir. Y dejar de guardar recuerdos y rencores. Y por dios que bien se siente!

domingo, 25 de mayo de 2014

Dolor de estómago

Siempre dije que nadie tendría el poder de hacerme sentir mal conmigo misma. Pamplinas! llevo tres semanas ya llorando sin razón. Creo que este proceso es una lucha constante contra los instintos. El instinto de llamarlo, de mandarle algún mensaje, de contactarlo de alguna forma. Y al final sigo sintiendo que mi mundo está patas arribas. Me encuentro a mi misma diciéndome que no piense en él, que no derrame una lágrima más, que no vale la pena. Pero me encuentro también en que sin querer, lo pienso todo el día. Y lo comparo todo el día. Y sigue siendo mi olor favorito. Sigo pensando en él cuando me pasan cosas. Me digo a mi misma "jajajaj, le voy a contar a felipe". No. Felipe ya no está. Y parece que hubiera sido ayer que se acabó todo. Y cuando me paro y voy de frente al mundo, caigo de rodillas de nuevo. ¿Cuánto más durará esto? ¿Se irá alguna vez esta angustia?
Dicen que a veces tienes que perderte un poco para volver a encontrarte. Siento que ya llevo demasiado tiempo perdida. Y a veces quiero hablar con él, y quiero creer estúpidamente que hay una posibilidad de estar juntos de nuevo. De ser felices. Y entonces recuerdo que la que vive este duelo soy yo, y que él terminó conmigo, y que ya no quiere estar conmigo y que no me necesita en su vida. Tal vez nunca lo hizo. Y me lo digo, y me lo repito, y trato de seguir adelante con mi vida. Y salgo a correr, o me escapo un rato a algún cerro. Al menos ya no tomo tanto.
Creo que no hay una fórmula mágica para recuperarse de una "ruptura". Cada quien tiene su tiempo y su forma. Yo en este momento estoy quebrada, y reconozco abiertamente que lo extraño. Y que nada de lo que he hecho ni ninguna persona con la que he compartido o he estado llena ese vacío.

Come back...


domingo, 18 de mayo de 2014

Hay cosas que no entiendo.

Así es. Hay cosas que no logro entender. La verdad es que no estoy nada bien. Llevo dos semanas con una pena enorme en la garganta. He llorado mucho. Y si no estoy con pena llorando, estoy curada. estoy usando el alcohol para evitar realidades. Y eso no está nadita de bien.
Pero volviendo al tema principal, siento la necesidad de escribir la causa de esta pena. Hay cosas sobre el término, que, a ya bastante tiempo de haberse producido, no logro entender. No me cabe en la cabeza como fueron las cosas. No entiendo como de un día para otro, se acaba el amor, o se elimina la necesidad de estar con una persona. Tampoco entiendo cómo le di tanto poder a esa persona, que a meses de haber terminado, sigo llorándolo. Tampoco se si lloro porque lo extraño a él, o porque extraño la relación. Tampoco entiendo qué pasó en realidad... de hecho es lo que peor me tiene. Digo que no quiero pensar en eso, pero siempre aparece alguien que me lo recuerda. Intento no pensar en eso y encuentro algo, cualquier cosa. Y vuelvo y vuelvo y vuelvo a pensar... a recordar, a cuestionarme.
No entiendo como puedes ofrecerle la vida a alguien... y que no le interese. Pienso en todo lo que le dí, todo lo que hice... y pienso en las cosas que no vi y lloro. Me pregunto por qué no me pidió que me quedara. Por qué dejó que me fuera tan fácil, sin querer retenerme, sin derramar una lágrima. Me pregunto por qué reviso mi facebook, y casi no hay publicaciones de él diciéndome que me quiere, que salgo linda en alguna foto.. cualquier cosa. Me pregunto de qué tanto se sintió ahogado, si le di todo lo que quiso. Me gasté hasta mi último peso con él, saliendo con él... acomodándome a él. Nunca le reclamé cuando yo quería salir y él no tenía plata para hacerlo, simplemente me acomodaba en su cama y nos quedábamos regaloneando. Me pregunto cuando nuestras vidas tomaron caminos separados, cuando dejamos de querer lo mismo. Tal vez nunca quisimos lo mismo.

Al final de cuentas todo lo que quería era compartir mi vida con él. Despertar y abrazarlo, darle un beso al ir a dormir y hacer cucharita. Darle la mano y jugar con sus dedos. Hacerle cariño en su cabeza con cototos. Pelear y terminar "reconciliándonos", cocinarle. Hacer el amor con él, solamente con él.... tener una agustinita elena que lo esperara cuando llegara del trabajo. Que me abrazara en días en los que me siento idiota, como hoy. Hacerme chiquitita para que me hiciera cariño en la cabeza. Que al final del pasillo, me esperara con una corbata roja. Y ser viejita con él. Esas cosas son las que me da miedo no volver a sentir por alguien más. Honestamente no se si lo vuelva a sentir, creo que es uno de mis temores mas grandes.

martes, 13 de mayo de 2014

Hoy empecé con el pie izquierdo

Hoy me levanté sin ganas de nada. Me desperté temprano para salir a correr, pero se me quitaron pronto las ganas. No quería salir de mi cama. Estaba acostada viendo tele... sin ganas de nada... cuando me di cuenta de que si no me salía yo de la cama, nadie iba a venir a sacarme. Así que me bañé, me
vestí (aunque me puse un buzo, no tenía ganas de producirme hoy), me limpié la cara con mi leche virginal y salí a pasear a mi benito antes de almorzar.
Todos tenemos derecho a sentirnos decaídos de vez en cuando, pero depende de nosotros levantarnos y seguir con nuestras vidas. Después de todo, "quien canta, su mal espanta" pero también "quien canta su mal, espanta". Así que a salir de la inercia y a hacer de hoy un gran día :)

sábado, 10 de mayo de 2014

El día que pensé que sería madre

Fue hace un poco más de un año. Exactamente el 25 de Marzo del año pasado (entrada mas abajo). Una falla del preservativo y haber vomitado la pastilla del día después me tenían con la guata apretada y pasándome la mayor cantidad de rollos posibles. Tenía un 99% de posibilidades de estar embarazada, basándome sólo en el día del mes en que se había producido la falla. Y recuerdo dos cosas claramente: 1. que llamé incontables veces a mi amigo ignacio (nombre falso para resguardar su identidad) porque era el único que entendía el miedo que sentía en ese momento y 2. que el posible futuro padre parecía no interesarse mientras me sacaban frasquitos con sangre y me hacían las tan incómodas ecografías. Estaba muerta de miedo, ni siquiera había terminado mi carrera, el futuro padre no tenía claro qué hacer con su vida, y yo me pasaba todos los rollos posibles de mi frustrada carrera, de dar el exámen de grado con guata, de no encontrar trabajo en un par de varios años, de cómo enfrentar la situación, de dónde vivir, etc.
Pasó una semana de incertidumbre y rollos varios, cuando me entregaron los resultados del exámen de sangre, y eran concluyentemente negativos. Y debo decir que si sentí un gran alivio en ese momento, porque podía seguir mi vida "normalmente". Pero también sentí una gran pena, y lloré un poquito. Después de todo llevaba una semana pensando en cómo enfrentarlo, y estaba pasando del miedo a la aceptación. Y pensé que a veces los mejores planes son los que no están planeados. Y fue muy confuso, llamé a ignacio para contarle que no estaba embarazada, se alegró... pero yo no estaba del todo feliz. Creo que no era tan terrorífico el plan después de todo. No asustaba tanto la idea de tener una pequeña criaturita en las manos. Ahora, después de un año de eso, admiro a las mamás que han aperrado con todo. Creo que no se si quiero ser madre. Creo que no sería una buena madre, que no lo haría bien. Además creo que no es el momento, que me faltan cosas por hacer profesional y personalmente.
Creo que al final de eso se trata la vida. De los momentos adecuados para cada cosa. Cada cosa a su momento, cada cosa en su lugar. Al final, a veces hay que tomar la vida como venga. Y lo que tenga que llegar, llegará cuando tenga que hacerlo.

jueves, 8 de mayo de 2014

Amigos con... ¿ventaja?

Como ya publiqué hace un tiempo atrás... terminé una relación de casi 5 años. Y ha sido un verdadero viaje, tal como lo fue la relación misma. Pero lo más sorprendente de ésto, es re-descubrir la amistad. Mientras que con mis amigas nos hemos acercado más, algunas hasta me reclaman porque "las dejé de lado" todo el tiempo que estuve pololeando, con mis amigos las cosas han sido menos claras. Algunos se han alejado demasiado, otros se me han declarado, y otros me han hecho proposiciones... "indebidas". Me di cuenta de que muchos de mis amigos sólo estaban cerca mío porque me consideran una posible pareja sexual. La verdad nunca he sido muy partidaria del sexo sin amor. Nunca he tenido relaciones con un desconocido. Una vez tuve sexo con un amigo, y éste terminó por desaparecer, pues al parecer se pasó todos los rollos posibles y cuando finalmente cedí frente a la tensión sexual (que ya era demasiado obvia) entre nosotros, fue el quiebre de una amistad que de verdad me importaba.
Creo que todos decimos estar preparados para tener sexo sin compromisos, pero pocos realmente pueden mantener la relación previa al sexo sin cambios. Soy una mujer grande, me gusta el sexo y lo disfruto, pero creo que al fin y al cabo, al tener sexo con alguien, tu cuerpo hace un compromiso implícito con esa persona. Aunque suene cursi, creo que el sexo involucra un nivel de intimidad que no existe con cualquier persona: al fin y al cabo estás en tu nivel más vulnerable, con tu cuerpo totalmente desnudo, y abriéndote (quiérase o no) a ciertas emociones. El sexo involucra confianza y complicidad, y ¿qué confianza tienes con alguien que acabas de conocer?
En este momento tengo a cuatro "jotes" intentando tener tener relaciones conmigo. Cuatro supuestos amigos, que apenas notaron que tenía los ojos secos, comenzaron a enviar sugerentes mensajes y hacer extrañas invitaciones. Y aunque es rico como mujer sentirse bonita y deseada, creo que no aceptaré ninguna de esas invitaciones. Simplemente no me interesan, y prefiero no arriesgar la amistad existente y hacer de las reuniones sociales más incómodas de lo que ya son.

martes, 29 de abril de 2014

Leche virginal y aceite de coco

Compré estos productos por recomendaciones de terceros. La leche virginal me la recomendó una tía de mi ex y el aceite de coco el blog de la bea. Vamos por parte.
Iba camino a mi curso de chino y me bajé frente a una farmacia Knop. Como iba holgada de tiempo, entré a ver cuánto costaban las maravillas. Lo primero que pregunté fue por el aceite de coco, porque me habían dicho que la leche virginal tenía leche de burra y me daba un poco de asco. La niña (vale decir que muy amorosa para atenderme) trajo una botellita blanca como del porte de un alcohol gel de cartera y me dijo que costaba $1600. ¡Una ganga! Así que no dudé en comprarla. Como ya hace un poco de frío, el aceite tiende a solidificarse, así que tengo que calentarla un poco con las manos para poder echármelo. Sólo 3 gotitas en las puntas del pelo es suficiente. Lo aplico en la noche, porque deja el pelo un poco pesado y el olor a la larga aburre un poco. Al otro día lo lavo normal y la verdad es que queda muuuuuy suave! Me lo apliqué el domingo en la noche, ayer me lavé el pelo y hoy también y sigue suave y brillante. No he tenido ni que usar crema para peinar porque queda muy suave y fácil de acomodar. Así que por ahora estoy muy feliz con el aceite, además que mis puntas estaban muy secas por las californianas que me había hecho. 

Bueno, también, ya que estaba ahí, aproveché de preguntar por la leche virginal. La niña me mostró cuatro envases, compré el más pequeño por si no me gustaba. Me costó alrededor de $2500 y no tiene leche de burra. Me sorprendió que se puede usar como tónico, como fijador de la base de maquillaje,como desmaquillante y como hidrante. Cuatro productos en uno! Aun no lo pruebo como desmaquillante, pero sí lo usé como tónico, como hidratante nocturno y antes de mi crema de día (no tiene bloqueador, por eso no lo aplicaría solo) y los tres usos me gustaron mucho. Deja la cara muy suave, no me han salido más granitos ni puntos negros, no se si es invento mío pero siento que me desinflama las ojeras, y mi piel es con tendencia grasosa así que me daba miedo que la dejara brillante, pero nada! Y las manchitas que tenía en mi nariz se notan menos (aunque no se si sea por la leche o porque tomo menos sol).

Así que recomiendo ambos productos para quienes no quieran gastar de más.

domingo, 27 de abril de 2014

Juntando los pedazos

Aún está todo muy reciente, y aunque cada día las heridas sanan un poquito más, aún hay piezas que estoy recolectando de mi corazón roto. Pero parte importante de este proceso es reencontrarse con uno mismo, con las cosas que nos gusta hacer y sobre todo con la gente que nos hace sentir cómodos y felices.
Agradezco a la gente que se ha quedado conmigo en estos momentos difíciles para mí. Agradezco a mis amigos que a varios miles de kilómetros (literalmente) se preocupan por mí y me sacan una sonrisa a diario. A veces creo que tengo más de lo que merezco. Pero lo importante es que poco a poco voy volviendo a sonreir. Dejando de sentir dolor y volviendo a respirar

jueves, 24 de abril de 2014

Nike Training

Hoy quiero escribir sobre esta aplicación que me recomendó "Nike Running": Nike Training. El nombre lo dice todo. Es un entrenador personal creado por Nike. Tiene rutinas para distintos objetivos: Potencia, quemar grasa, tonificar, estilizar, etc., además de niveles para principiante, intermedio y avanzado.
Yo hoy empecé mi primera rutina de 30 minutos para principiante: sudor + silueta. Y por lo menos la parte del sudor la cumple. Mezcla una serie de ejercicios suaves, que, sin cansar mucho, a los 15 minutos me tenían sudando.
Los invito a probarla, 30 minutos al día no le hacen mal a nadie. A mover ese esqueleto!!

martes, 22 de abril de 2014

Cuidado del Cabello

Como estoy muy Cristina Moreno para mis cosas, estoy en un proceso de cuidarme por dentro y por fuera. Además estoy cesante, asi que tiempo me sobra.
Bueno, el caso es que decidí volver a correr. No me acuerdo por qué lo había dejado, si me hacía sentir tan bien. Corro aproximadamente 7km diarios, y me siento bien por el resto del día! El problema es que después de correr, tengo que bañarme, porque con el sol y el sudor mi pelo queda puaj. Y como en este tiempo mi pelo ha sufrido por tres tinturas, un alisado permanente y unas lindas californianas, lavarlo todos los días me lo deja seco, además de que se aclara mucho. Así que buscando tips para humectar o recuperar mi cabello (porque quiero dejarlo crecer hasta que me tape las pechugas, no quiero cortarlo), llegué al blog de la bea y encontré la entrada del Co-Wash . Al principio me dio miedo, pues mi pelo es graso y pensé que me iba a quedar hediondo todo el día... así que lo intenté un domingo que no iba a salir de mi casa. La verdad es que el pelo me quedó espectacular! Parece de comercial. Brilla mucho, y huele muy rico! Llevo un mes haciéndolo y estoy feliz.  Eso si, cada dos semanas uso Shampoo, para hacer un lavado de limpieza profunda para dejar mi pelo con más movimiento. Pero desde que hago el CO-Wash he usado menos siliconas, serums y cremas para peinar.

Anímense!

lunes, 21 de abril de 2014

Dar el primer paso?

Ya lloré, pataleé, grité, vomité, me curé, lo odié, lo amé, lo perdoné, volví a odiarlo, le mandé un mail, intenté llenar el vacío con amigos y alcohol, me quedé en cama llorando, me cambié el look, me cambié el look de nuevo, lo intenté sicopatear en facebook, hice yoga, hice dieta, me comí todo el refri, lo asumí, lo negué, lo asumí, lo esperé como hueona... y ya llegó el momento de dar vuelta la hoja. O mejor, empezar un libro nuevo. Y aunque sea un libro nuevo, tengo unas ganas locas de empezarlo con sentimientos/emociones viejos. Quiero darle suelta a pasiones carnales reprimidas durante bastante tiempo. Quiero llamar a ese amigo por el cual nunca me permití sentir algo o pensar mucho porque tenía todas mis fuerzas dedicadas a otra persona... y quiero llamarlo e invitarlo a salir con las intenciones mas malvadas de este mundo. Incluso saltar la cerveza o el café e ir directamente a un hotel/motel y dejar que todo ese deseo acumulado durante tanto tiempo se apodere de mi y sentir su cuerpo de formas en que nunca antes lo he sentido. Bajar las defensas y cumplir las fantasías que nunca quise asumir que tenía. El problema es arriesgar una amistad por una fantasía carnal. Aunque si existen esas fantasías, la amistad no es tan sincera, ¿verdad?

sábado, 19 de abril de 2014

Día de belleza!

Hoy es un día de belleza!!! Partí con una máscara de aceite de oliva para mi pelo. Ahora me acabo de enjuagar las manos, que las exfolié con avena y miel. Me espera la ducha, con una mascarilla para el pelo y una exfoliación facial y de piernas. Renovación!!!

domingo, 6 de abril de 2014

Y... va...?

Tengo la guata apretada. Creo que mientras más tiempo pasa, mas tonteras pienso y es como si todo se agrandara. Hasta he soñado repetidas veces que estoy corriendo, y en el kilómetro 5 lo veo a lo lejos... y cuando me acerco me está esperando y me abraza...
Creo que nunca antes me habían roto el corazón. La sensación es horrible, me acompaña día y noche. La intranquilidad, es como si estuviera todo el día asustada.. como cuando estás esperando la nota de un examen y sabes que no te fue bien, o necesitas nota para pasar el ramo. Algo así es. Es como si estuviera alerta, la guata apretada, nervios todo el día, ando saltona, irritable y lloro con mucha facilidad. El problema es que cuando estás esperando una nota, te la entregan y al poco rato te alivias de esa sensación... yo llevo un mes con esto y ya no se como sobrellevarlo! Me dan ganas de llamarlo, de gritarle.. tengo tanta rabia contenida por haber terminado conmigo! Cómo alguien puede significar todo para ti, y tu no significar nada para esa persona? Cómo puedes ofrecerle tu vida a alguien, y que te de la espalda? Cómo puedes seguir viviendo tranquilamente tu vida sabiendo que perdiste el amor?? yo no lo entiendo, y no sé como hacerlo. Porque aunque llene mi vida con cursos de idiomas, amigos y salidas locas, no es lo mismo, y me sigue faltando ese rinconcito entre su cuello y mi pecho que me acurrucaba cuando tenía la sensación que no desaparece hoy.
Al final de cuentas, creo que ese es el problema: que sigo esperando. creo que no he podido dar vuelta la hoja, y que consciente o inconscientemente estoy esperando vuelva... Lamentablemente se que eso no va a pasar. Pero como soy estúpida y sigo queriéndolo, sigo esperándolo

jueves, 20 de marzo de 2014

Seguir viviendo

Ya no cuento los días desde que terminamos. Puedo decir que he experimentado un barco pirata de sensaciones. Hay días en que estoy bien, prácticamente no pienso en el tema. Otros días, como hoy, me la paso llorando, haciéndome mil preguntas, dándole mil vueltas al tema e imaginándome mil escenarios que, de ser posibles, ya se habrían concretado. O sea, una mierda! Lo primero que hice fue eliminarlo de facebook para evitar tentaciones idiotas de sicopateo de perfil. Borré sus fotos, o la mayoría, para no cortarme las venas pensando en él. Ordené mi pieza, encontré fotos, peluches y otras cosas... que con mucho cariño y una lágrima en la garganta guardé en una caja en mi closet. Me dio demasiada pena botar las cosas, pero tampoco quería seguir viéndolas. Es difícil separarse. Es difícil terminar. Es difícil borrar casi cinco años de recuerdos, de chistes internos, de proyectos o idealizaciones. Es difícil borrar el castillo en el aire en el que estaba viviendo. Olvidar a la Agustina Elena. Olvidar a Shadud. Seguir adelante... responder preguntas. Parece que esta semana todo el mundo se las ha ingeniado para preguntarme por él, o hacer planes con "nosotros". No, ya no somos "nosotros, soy solo yo. Siento que toda mi vida dio un giro radical en sólo 4 meses. Parece que todos cambiaron radicalmente su vida. "Y pasa una vez mas, acudes a un amigo para tratar de entender en qué falló el plan maestro... pero todos se han ido y has estado aquí mucho tiempo, debes enfrentar esto solo... supongo que esto es crecer"
Siento pena... creo que es el quiebre mas doloroso que he tenido. Me siento vacía, porque siento que lo entregué todo. Y me pregunto que hice mal, me pregunto si fue un error irme lejos... me pregunto por qué no fue suficiente. Me pregunto por qué no pudo amarme de la forma en que yo lo amo. Por qué no pudo entregarse por completo. Por qué no venció todos los miedos weones que tenía. Por qué no fui suficiente para él.
Creo que al fin de cuentas así es la vida. Hay ciclos que cumplir. Algunas personas entran en tu vida para quedarse, otras solo están de paso. Y al final de todo, solo queda seguir viviendo...