domingo, 25 de mayo de 2014

Dolor de estómago

Siempre dije que nadie tendría el poder de hacerme sentir mal conmigo misma. Pamplinas! llevo tres semanas ya llorando sin razón. Creo que este proceso es una lucha constante contra los instintos. El instinto de llamarlo, de mandarle algún mensaje, de contactarlo de alguna forma. Y al final sigo sintiendo que mi mundo está patas arribas. Me encuentro a mi misma diciéndome que no piense en él, que no derrame una lágrima más, que no vale la pena. Pero me encuentro también en que sin querer, lo pienso todo el día. Y lo comparo todo el día. Y sigue siendo mi olor favorito. Sigo pensando en él cuando me pasan cosas. Me digo a mi misma "jajajaj, le voy a contar a felipe". No. Felipe ya no está. Y parece que hubiera sido ayer que se acabó todo. Y cuando me paro y voy de frente al mundo, caigo de rodillas de nuevo. ¿Cuánto más durará esto? ¿Se irá alguna vez esta angustia?
Dicen que a veces tienes que perderte un poco para volver a encontrarte. Siento que ya llevo demasiado tiempo perdida. Y a veces quiero hablar con él, y quiero creer estúpidamente que hay una posibilidad de estar juntos de nuevo. De ser felices. Y entonces recuerdo que la que vive este duelo soy yo, y que él terminó conmigo, y que ya no quiere estar conmigo y que no me necesita en su vida. Tal vez nunca lo hizo. Y me lo digo, y me lo repito, y trato de seguir adelante con mi vida. Y salgo a correr, o me escapo un rato a algún cerro. Al menos ya no tomo tanto.
Creo que no hay una fórmula mágica para recuperarse de una "ruptura". Cada quien tiene su tiempo y su forma. Yo en este momento estoy quebrada, y reconozco abiertamente que lo extraño. Y que nada de lo que he hecho ni ninguna persona con la que he compartido o he estado llena ese vacío.

Come back...


No hay comentarios: