lunes, 2 de junio de 2014

La Felicidad es una opción

La felicidad es una opción personal e intransferible. No es la meta, es el camino. Y se contagia, de forma
lineal. Y a veces hay que detenerse a mirar el camino, e intentar disfrutarlo. Y disfrutar la compañía, aunque sea en tramos.
Durante todo el camino vamos aprendiendo. Aprendemos a querer, aprendemos a confiar. Aprendemos a caernos, pero también a levantarnos. Y sigues avanzando por el camino y a medida que avanzas vas descubriendo cosas nuevas. Descubres que los verdaderos amigos son los que están ahí cuando ni siquiera alcanzas a llamarlos, y que se cuentan con los dedos de una mano. Y que hay verdades que duelen, pero el dolor pasa.
Y aprendes que todo se sabe en esta vida, tarde o temprano, por eso hay que ir con la frente alto.
Y aprendes que la capacidad de amar es infinita, que el amor se construye paso a paso, y no es como una orquídea, si quieres que florezca tienes que cuidarlo día a día.
Aprendes que a veces confías en las personas equivocadas, y tu corazón se puede romper. Que puedes tocar fondo, querer morirte, y sientes que no puedes querer a nadie más porque tu corazón se volvió una pasa seca. Y escuchas frases cliché, como que "la hora mas oscura es justo antes de que salga el sol", o que "los mejores comienzos vienen después de los peores finales". Y puedes llorar con rabia, gritar, sentir cómo se te desgarra algo dentro, sentir ese nudo en el estómago y tener ganas de pegarle a alguien. Y crees que durará para siempre y que nunca vas a volver a sonreír. Y cuando eso pasa descubres que las heridas sanan, aunque dejen cicatrices. Que la capacidad de querer es infinita. Que el tiempo se encarga de cerrar las heridas. Que puedes confiar en la gente, que hay gente linda y desinteresada. Que el camino para sanar parte por perdonar. Y que perdonar también permite olvidar.
Y cuando aprendes eso, descubres que aún existen mariposas en la guatita. Que existen abrazos tibios que dan seguridad, aunque sea en nuevos brazos. Que el cariño muta, se hace más maduro, y más condicional. Que no sabemos a ciencia cierta qué pasará mañana, por eso, ser feliz es una elección. Y es una elección de hoy

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