lunes, 21 de abril de 2014

Dar el primer paso?

Ya lloré, pataleé, grité, vomité, me curé, lo odié, lo amé, lo perdoné, volví a odiarlo, le mandé un mail, intenté llenar el vacío con amigos y alcohol, me quedé en cama llorando, me cambié el look, me cambié el look de nuevo, lo intenté sicopatear en facebook, hice yoga, hice dieta, me comí todo el refri, lo asumí, lo negué, lo asumí, lo esperé como hueona... y ya llegó el momento de dar vuelta la hoja. O mejor, empezar un libro nuevo. Y aunque sea un libro nuevo, tengo unas ganas locas de empezarlo con sentimientos/emociones viejos. Quiero darle suelta a pasiones carnales reprimidas durante bastante tiempo. Quiero llamar a ese amigo por el cual nunca me permití sentir algo o pensar mucho porque tenía todas mis fuerzas dedicadas a otra persona... y quiero llamarlo e invitarlo a salir con las intenciones mas malvadas de este mundo. Incluso saltar la cerveza o el café e ir directamente a un hotel/motel y dejar que todo ese deseo acumulado durante tanto tiempo se apodere de mi y sentir su cuerpo de formas en que nunca antes lo he sentido. Bajar las defensas y cumplir las fantasías que nunca quise asumir que tenía. El problema es arriesgar una amistad por una fantasía carnal. Aunque si existen esas fantasías, la amistad no es tan sincera, ¿verdad?

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