domingo, 6 de julio de 2014

Copiapó parte 2

No recuerdo cual fue el motivo de la primera pelea, pero sé que marcó un antes y un después de mi relación con FALS. Hubo un quiebre en la comunicación, pues sentía que no podía ser del todo abierta con él. Fue difícil estar lejos. Fueron muchas cosas que enfrentar en muy poco tiempo. Nunca había vivido sola, por lo cual hubo un desafío al que tuve que enfrentarme: organizar mis tiempos, mis platas, mis comidas, mi casa. Además comenzaron los problemas en el trabajo: la niñita, agrónoma de la católica, con voz de pito y carácter fuerte representaba una amenaza para los machos alfas que hacían y deshacían en el lugar. Fue en medio de eso que llegó Sebastián, quien se convertiría en mi partner en medio del desierto.

Matías medía menos de 1.80, piel morena, narigón, de contextura delgada. Se sentía solo, pues extrañaba a sus hijos. No se cómo empezamos a hablar, pero sé que después de un tiempo breve era habitual su llamada de buenas noches, y su llamada de "que tengas un buen día". La primera vez que lo hizo sentí rabia, estaba lejos de otra persona y esos llamados eran los que esperaba de él... y lo estaba recibiendo de un completo desconocido.


Fue una noche después del trabajo en que tuvimos una pelea por teléfono en la que despertó toda la casa. Se que hablé mas de una hora. Al colgar, me quedé sentada en la oscuridad, sentía los pies pesados y tenía la sensación de que si me paraba, me iba a caer. Estaba así sentada, sin moverme, sin llorar, solo respirando cuando llegó Sebastián a sentarse a mi lado. En el fondo no quería verlo, pero en el fondo de mi corazón lo sentía: había fecha de término y no era muy lejana. "Aprovecha que vas para navidad y termina con él mejor... ya dejó de ser un aporte a tu vida, te da solo problemas. Y estás muy jóven para llorar tanto por un weon que no mueve la raja para venir a verte y se la pasa peleando contigo". Sentí un escalofrío horrible. Y sólo habían pasado dos semanas sin vernos.


El sábado antes de navidad cuando salí con Matías. Cada fibra de mi cuerpo me decía que no lo hiciera, que estaba jugando con fuego. Fuimos al mejor pub de copiapó, y sin darnos cuenta eran las 3 de la madrugada. Me contó sobre cómo había aceptado ese trabajo porque tenía que mantener a sus dos hijos... me contó sobre su infancia, sobre su esposa, su padrastro abusivo... Sentía la emoción de conocer a alguien nuevo con la adrenalina de estar haciendo algo malo.
Terminó la noche, y ya en el auto, me tomó la mano y jugaba con mi pelo. Cuando se empezó a acercar, vi la desilusión en su cara cuando le dije que estaba enamorada de FALS. Con un gesto de "puta la wea" me preguntó: "y si estás tan enamorada, ¿por qué saliste conmigo?" Aún no puedo contestar eso.


Estaba confundida y asustada. Era un 23 de Diciembre y viajaba a Santiago después de un mes en Copiapó. Se suponía que iba a hablar con FALS, pues las cosas no estaban bien. Estaba muy nerviosa, no sabía como reaccionar, cómo saludarlo... Y al bajar del avión, ahí estaba, sonriendo con sus lentes blancos en el aeropuerto. Y aunque quería correr a abrazarlo, caminé como si lo hubiera visto ayer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por avisar por Facebook
Ya lo leí.
La próxima vez me pondré pseudónimo para que no me suplanten. "Anónimo" es muy común.

Vicentinho C. dijo...

Quizá sea por cómo lo cuentes, quizá sea por lo que cuentes, o por qué lo cuentes... no importa cuál, espero leer la tercera parte!!!