domingo, 22 de marzo de 2015

Adiós, señor Pirata

Hay gente que pasa por tu vida brevemente, y deja huellas. Es el caso de mi señor Pirata. Independiente de las interminables noches que pasamos juntos, el Señor Pirata ha sido un consejero directo y sincero. Él, el mismo que me calmó cuando lloraba en horas de packing,  lo ha hecho nuevamente durante mi crisis profesional. Es inevitable no sentir cosas por alguien así. El duque del valle, este cabro chico alegón que canta reggetón cuando está borracho, y mete la nariz entre mis pechugas para quedarse dormido. No puedo hablar de amor, especialmente por ese adorno en su dedo, pero el señor Pirata es alguien que no pasa desapercibido en el corazón de una mujer... y que deja la vara alta para futuros señores...
No me gustaría decirle adiós a Señor Pirata, pero es una especie de adicción. Cada vez son más evidentes las escapadas, y el asunto parece una bomba de tiempo. Una aventura sin pies ni cabeza, que tan inexplicablemente como comenzó, debe terminar.

1 comentario:

semeolvidóminombrepseudonimo dijo...

Pero aún no le das la cortada, o sí?
Sólo tomaste la decisión?