sábado, 11 de octubre de 2014

Bahia Inglesa, papas fritas y cerveza

Sali no tan temprano, porque explotó una cañería... y tuve que esperar que me la arreglaran. Y aquí estoy, con la camineta con cervezas, comiendo papas fritas, en una playa virgen. Si me mataran ahora, nadie se daría cuenta hasta un par de días más cuando no llegue a trabajar. 
¿por qué estoy escribiendo? Porque la soledad del desierto me ha hecho hacer frente a mis emociones y mis miedos. Y creo que tengo muchos miedos. Espero en que llegue el momento más adelante en mi vida, en que vea este blog y me ría. Pero a la vez proyecto una línea en mi vida, y no veo que ese momento vaya a llegar en algún momento.
Honestamente, no se si no he conocido al indicado o sigo en mi etapa de negación, pero no siento atracción por los hombres. A excepción del musculín de ojos oscuros -atracción, creo, formada sobre la base del platonismo- no me llaman la atención otros hombres. He conocido muchos ultimamente, casados, solteros, treintones, etc, etc, y he rechazado todo tipo de invitación  que me suene a algo más. No se si no me atraen ellos, o si no me atrae la idea de estar con alguien.

Quiero dar vuelta la página y dedicarme a hacer mi vida en Copiapó. Pero el final feliz que quería no está acá, la vida que quería no lo está, y las personas que quiero, tampoco.

No quiero mirar hacia atrás en 5 años más y seguir preguntándome si hice lo correcto al venirme. Cada día cuando abro los ojos, es lo primero que pienso. Miro mi departamento, camino a la ducha, me hago el desayuno. Pienso que mi cama es muy grande para mí, a veces aún despierto tocando hacia el lado en las noches. Sé que no lo quiero de vuelta, pero lo extraño. Extraño la forma en que me decía las cosas, extraño el sobrenombre ridículo que le tenía. A veces lloro sin querer cuando me acuerdo de él. Hay ciertas cosas que tengo vetadas, porque son demasiado dolorosas.

No quiero seguir añorando el final feliz que -asúmelo ya!- no llegará. Honestamente, no imagino a otra persona en el altar, en mi corazón o en mi cama. Honestamente, no me imagino en pareja con alguien. Empezar de cero es un tema que no quiero ni imaginar ni intentar. Me gusta el musculín, sí. Hace que me olvide de todo hacia atrás. Cada vez que me llama, quedo con cara de tonta un par de horas. Pero me daría miedo intentar algo con él y pasar por el fracaso de que no resulte. No quiero abrirle las puertas de mi vida a alguien y tener que ver cómo se va, nuevamente. 

Oh Dios, qué mujer tan insegura.

No hay comentarios: